Portada » 2007 NIEVE, Calo Carratalá
Sueño con una única estación blanca. E imagino que la exploro libremente, que la atravieso con la blandura que me contagian los copos que en todo momento caen. Y feliz por el hecho de que mis huellas, aunque efímeras, son perfectamente visibles, avanzo sin temor, acumulo la albura que mi aliento va consiguiendo sajar.
Es tan largo y bello el camino, tan placentero saberse a solas… Hemos andado mucho, a buen paso, en esta soledad escarchada, y algo hemos aprendido ya de la ligereza y de la pesantez, de la rotunda ciencia de habitar un cuerpo.
Sin detenernos nunca, en marcha hemos ido plantando todos estos árboles que teníamos dentro, ya crecidos, y que ahora están ahí, para regalo de la vista de cualquiera, para satisfacción de la roca que goza del privilegio de presenciar la vida de sus raíces ateridas.
Ebrios de belleza fría, caminamos por la tierra dura, hacemos sonar en el silencio nuestro girar de planetas arruinados, bajo la débil luz de la pulverizada luna.
Vivir es empuñar este bastón, pues siempre es invierno.
Vivir es tener medio cuerpo hundido en la nieve, estar entregados en cuerpo y alma al extraño modo que las bajas temperaturas tienen de querer.
José Luis Martínez Rodríguez