Amores submarinos
Mar adentro del ojo,
en la caverna
profunda del sentido
tengo yo mis amores.
Son amores de bueno
y no hay disputa.
Yo los tengo conmigo,
porque no se me enfrenten,
los amores.
Me dan besos de opio
cuando cierro los ojos.
Me guardan la fosfórica
quinina de la luz
donde acaban los mares,
mis amores.
Los amores los llevo,
porque no me los burlen,
bien guardados del mundo.
Yo tengo, submarinos,
mis amores,
y allí, en la caracola
doliente del oído,
cómo saben curarme,
cómo saben.
Los otros aún me escuecen,
los que encontré en la playa:
altas olas llegaron,
rompieron y se iban,
las más altas.
Donde los pongo ahora
no hay aire que los mueva
ni luna que los hiele,
ni la luna.
En el fondo más mío
-que los hallo conmigo-
tengo yo mis amores,
de los mares.
Me dan besos de abismo
cuando cierro los ojos.
Me dan flores:
dos anémonas rojas,
dos azules.